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Gaztelubide

Sociedad Recreativa "Gaztelubide"

De una escisión de Ollagorra surgió Gaztelupe y de ésta Gaztelubide. La constitución oficial y apertura de sede tuvo lugar el 19 de Enero de 1934 y durante la cena, que fue presidida por el alcalde Fernando Sasiain, actuó la Fanfarre. Salió a continuación la Tamborrada y a su frente el gran Shotero Irazusta, ya con una misión oficial que era la de izar la bandera en la fachada del antiguo Ayuntamiento - plaza de la Constitución - marcando el inicio de las fiestas.

Gaztelubide se distingue por diversos comportamientos que aquí citamos. En primer lugar, su oficialidad. Durante muchos años celebró la cena de autoridades del 19 de Enero y de la víspera de la Virgen, las dos fiestas grandes de Donostia. Los Caldereros fue también fiesta suya durante años. A Gaztelubide eran invitados los personajes famosos de visita en la ciudad, tal como queda acreditado en el libro de firmas. Y ya hemos dicho que su Tamborrada marca el inicio de las fiestas patronales. Creemos que este protagonismo de Gaztelubide, aparte su buen hacer, se debe a que en la junta directiva y en los puestos clave de sus organizaciones hubo siempre personas relevantes de la vida social donostiarra. Recordemos algún nombre: Luis Irastorza, Shotero Irazusta, Jose Aldanondo, Eduardo Vega de Seoane, Ignacio Muñoz Baroja, Fernando Dublang, Manolo Múgica y en los últimos años José Antonio Salas.

El «Festara», 14 de agosto 1996
El «Festara», 14 de agosto 1996
Otra característica de Gaztelubide es su vinculación con la música, que aparece de una u otra forma en la Tamborrada, Caldereros, el "Festara", la Fanfarre, o el Orfeón de la Castaña. Y en esto, como en su historia, es heredera de otras dos entrañables sociedades de las que procede: Ollagorra y Gaztelupe.

Señalamos también algo propio de Gaztelubide y es su sentido del humor, muy donostiarra, presente en los discursos de sus presidentes , en las letras de muchas canciones y en su forma de interpretar la vida.

Alguna actividad propia de Gaztelubide ya no está en sus manos. Por ejemplo, Caldereros, organizado ahora casi en cada barrio por diversas entidades. O las cenas oficiales donde el tema de "la mujer" dio pretexto para diversificar los escenarios.

Los famosos. Desde la primera página del Album de Honor que firma el alcalde Sasiain se suceden los nombres: el dibujante Eduardo Lagarde, Federico García Lorca, Alfredo Marquerie, los asistentes a la cena anual ofrecida al Cuerpo Diplomático entre ellos el expresidente de los Estados Unidos Adlai Stevenson, artistas del Festival de Cine como Kirk Douglas y Cantinflas, los más famosos músicos de la Quincena, muchos toreros de la Semana Grande como Marcial Lalanda, Gaona, Bienvenida, Rafael el Gallo, Domingo Ortega, Manolete... Gaztelubide era cita obligada de todos durante su estancia en San Sebastián.

La última etapa de la Sociedad se vincula estrechamente con José Antonio Salas, presidente desde 1986. Jose Antonio es un eximio cantante que ha acentuado la triple simbiosis Música-Recreo-Gaztelubide. Los viajes anuales se convierten en una embajada del buen humor donostiarra. En estos veinte años, el Orfeón de la Castaña, llamado también el Coro de Gaztelubide, acompañado de sus socios, familiares y simpatizantes, ha actuado en las Euskal Etxeak de todo el mundo. Otra forma de viaje propia de Gaztelubide es el crucero marítimo, por el Báltico, el Mediterráneo o el Caribe, y en los que, aparte la actuación en tierra, terminan por convertirse en la atracción del barco.

Su programa anual es variado y completo y lo citamos por orden cronológico: Tamborrada, la Fanfarre en Carnavales, el Sagardo Eguna de Junio, el festara del 14 de Agosto, Euskal Jaiak, la alubiada de Santo Tomás. Y además, los homenajes varios y las actuaciones, como la reciente reposición de la ópera bufa Il Ladrone.

Citamos finalmente la gastronomía, magnífica en manos de muchos de los 250 socios. Lo saben los organizadores de congresos, que cada vez más frecuentemente incluyen en el programa una comida o cena en Gaztelubide. Y aquí queremos recordar a Mari Mar Maldonado, aquella magnífica cocinera que durante más de veinte años preparó los banquetes de la Sociedad.

Gaztelubide encierra, quizás como ninguna otra Sociedad, aquellas virtudes de desenfado y buen humor atribuidas a los donostiarras.

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